Seguridad alimentaria y la crisis mundial

Seguridad alimentaria y la crisis mundial

04 Abril 2022
Bien mal parado queda el slogan “Chile: Potencia Alimentaria”. Parecer ser, que muchos cultivan para satisfacer las necesidades alimentarias de otros países por las utilidades que otorgan, pero se han olvidado de los nuestros.
Ingrid Hebel >
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Foto: Unsplash

Me acuerdo cuando era estudiante universitaria, en los años 90, que nuestras conversaciones en economía agraria eran sobre las consecuencias del tratado de libre comercio de América del Norte (TLCAN o más conocido como NAFTA por sus siglas en inglés). Se discutía la conveniencia del ingreso de Chile a un acuerdo para bajar barreras arancelarias y obligarnos como país a especializarnos en producción frutícola. Eso traería como consecuencia ser dependientes de la importación de cereales de las naciones del norte. Los cultivos de cereales como trigo, centeno, cebada, avena, triticale dejarían de producirse en la zona centro, centro-sur para dar espacio a los frutales. Se discutía en aquellos años respecto a la seguridad alimentaria, cuando ya no pudiéramos producir nuestro propio trigo para nuestro propio pan. Y no sólo era el efecto de los cereales, también involucraban las leguminosas (porotos, lentejas eran más competitivas en Canadá). 

Según ODEPA, de las casi 500 a 600 mil hectáreas de trigo que se cultivaban en los años 80, hoy sólo se cultivan 187 mil. El centeno ya no aparece en las estadísticas actuales y la cebada ha disminuido de 50 mil hectáreas a 20 mil. Trágico se ve el caso de las leguminosas, donde el poroto disminuyó de 100 mil hectáreas, a sólo 6 mil hectáreas, la lenteja de 52 mil hectáreas a sólo 1300 hectáreas y el garbanzo 20 mil hectáreas a 101 ha. Bien mal parado queda el slogan “Chile: Potencia Alimentaria”. Parecer ser, que muchos cultivan para satisfacer las necesidades alimentarias de otros países por las utilidades que otorgan, pero se han olvidado de los nuestros.

Releo una columna que escribí en el año 2015 sobre seguridad alimentaria y veo que no hemos avanzado lo necesario para evitar nuestra susceptibilidad, no sólo frente a crisis como guerra en Europa, sino que crisis como el cambio climático. Como Universidad y responsables de la carrera de Agronomía, estamos trabajando para disminuir la vulnerabilidad que tiene nuestra región, no sólo enseñando a los estudiantes respecto a los diferentes cultivos y frutales, sino que, fomentando la inquietud en ellos de las oportunidades y los desafíos a futuro, generando proyectos que nos permitan avanzar en esa dirección. Sin embargo, no es suficiente. Siendo los países como Bielorrusia, Ucrania y Rusia los mayores productores y exportadores de cereales, veo con preocupación que la única idea que han tenido algunos parlamentarios ha sido ver la forma de cómo bajar el precio del pan. Y comparo. La Unión Europea dará incentivos para la producción local de alimentos frente a la crisis de la guerra entre Ucrania y Rusia. ¿Y en Chile nadie ha pensado incentivar la producción de algo tan básico y necesario para nuestra población? Hemos visto que en la región se puede producir de todo. Sin embargo, requiere de una inversión en tecnología y por qué no de un apoyo gubernamental para el éxito de la empresa. ¡Requiere de un plan!

Así, por fin podríamos llegar a ser la región independiente que deseamos, teniendo una población nutrida, sanas y salvas.

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