En una noche lúgubre que quedará marcada en la memoria de los residentes de la comuna de Cerrillos, un sombrío suceso ha conmocionado a la comunidad. A las 19:30 horas del jueves 21 de marzo, el cuerpo de un adulto mayor, de 74 años de edad, yacía en el antejardín de su residencia, bañado en un charco de su propia sangre. La impactante escena, descubierta por el personal de Carabineros, revelaba la gravedad de la situación: el hombre presentaba una herida atroz en su zona genital, con uno de sus testículos arrancado.

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La consternación en la comunidad no se limita solo al dolor por la pérdida, sino que la incertidumbre y el desconcierto rodean el trágico suceso. La Fiscalía Metropolitana Occidente ha tomado cartas en el asunto, instruyendo a la Policía de Investigaciones (PDI) para esclarecer los hechos. La pregunta crucial que ahora se plantea es si hubo participación de terceros en esta escalofriante mutilación.

"No tenemos indicios de la acción de otras personas en el lugar de los hechos", declara un representante de las fuerzas policiales. Sin embargo, las pesquisas están en curso y ninguna hipótesis se descarta. La sombra de la autoinfligida herida planea sobre el caso, aunque las autoridades mantienen una actitud cautelosa hasta obtener más información.

El misterio que rodea la tragedia añade una capa adicional de angustia a una comunidad ya golpeada por la pérdida de uno de sus miembros más longevos. En medio del dolor y la incertidumbre, Cerrillos busca respuestas que puedan arrojar luz sobre lo que parece ser un oscuro y desconcertante episodio de la vida cotidiana.